La miopía es una ametropía, un defecto refractivo y un problema visual frecuente, donde el ojo del niño tiene un tamaño más grande de lo normal.
También puede desarrollarse la miopía cuando la córnea es demasiado curva. Y este hecho le repercute negativamente al niño a la hora de ver objetos lejanos.
Es normal que la miopía aumente durante la adolescencia para después empezar a estabilizarse al entrar en la veintena.
El desarrollo de la miopía comienza al aumentar la demanda visual, la cual se asocia, según la evidencia científica, al nivel de escolarización y las actividades que tienen lugar de cerca, tales como leer o escribir.
A partir de primaria, los niños tienen más tareas que realizan en visión de cerca y pasan más tiempo en el interior del aula.
Y este hecho, se incrementa aún más en la secundaria, cuando los adolescentes aumentan su carga académica, tienen menos tiempo para actividades extraescolares al aire libre, además de asociarse con un mayor uso (y excesivo) de las nuevas tecnologías.
La miopía está determinada por la genética y el entorno del niño.
El incremento de la incidencia de la miopía en los últimos tiempos, se relaciona con los cambios ocurridos en el comportamiento de los niños: el escaso tiempo que pasan realizando actividades al aire libre a la luz del día y el incremento de las horas frente a las pantallas de sus dispositivos electrónicos.