Fases De La Terapia Visual Para Tratar La Ambliopía

¡Compartir nos ayuda a todos!

Hoy nos gustaría aprender más sobre las fases de la terapia visual para tratar la ambliopía. Ya que existen diversos tratamientos para tratar la ambliopía: algunos son activos, como los que vamos a tratar en este artículo, y otros, en cambio, son pasivos.  

También es posible combinar distintos tratamientos para la ambliopía. Como por ejemplo: prescripción óptica, gafas, lentes de contacto, prismas, oclusor / obturador y terapia visual. 

Cada caso es distinto y puede tratarse de distinta forma, por ello es de extrema importancia acudir a un especialista de nuestra confianza o a varios, para contrastar y disponer de sus opiniones y saber cual es nuestra mejor opción.

Si hemos decidido iniciar una terapia visual, nosotros creemos que puede ser interesante saber antes, cuáles son las fases de la terapia visual.

Para saber cuál es el hilo general a seguir y saber qué estamos trabajando en cada uno de los pasos y conocer cuál es nuestro destino final deseado.

Si conocemos cuáles son las fases de la terapia visual y sabemos a grosso modo que se trabaja en cada una de ellas, permitirá saber dónde nos encontramos en cada momento y cuáles serán los pasos a seguir para conseguir nuestro objetivo. 

No pretendemos adentrarnos en cada una de las fases de la terapia visual ni en los ejercicios visuales que se emplean en cada una de ellas, ya que de esto ya se encargará el optometrista…

Este nos indicará en cada momento dónde nos encontramos y qué ejercicios son los más adecuados, según donde estemos en el proceso y cuál sea nuestra situación en particular.

A nosotros personalmente, nos ha parecido interesante conocer cada una de sus fases y saber qué se trabaja en cada una de estas. Y por ello, hemos querido compartirlo.

¿Cuáles son las fases de la terapia visual?

Para seguir una terapia visual, el primer paso será la de establecer la compensación óptica que necesitemos con la prescripción de gafas y/o lentes de contacto.

Y posteriormente, existe una guía aproximada que suele llevarse para trabajar y planificar las fases de la terapia visual, y a pesar de que pueden existir algunas diferencias, la estructura general suele ser la siguiente:

Fase 1: Etapa Monocular

Fase 2: Etapa Biocular

Fase 3: Etapa Binocular

Los objetivos que se pretenden conseguir con estas 3 fases es la de acomodación, motilidad ocular, antisupresión y binocularidad.

No obstante, cuando se trata de la ambliopía hay una fase que se añade a estas 3 fases. En el libro ‘Manual de Terapia Visual’ de Vidal, Joaquín’, nos lo explican muy bien. 

Donde se incluye el entrenamiento monocular en campo binocular, entre la fase monocular y la fase biocular en el tratamiento de la ambliopía.

Por lo tanto, en la terapia visual para la ambliopía tenemos estas 4 fases:

Fase 1: Etapa Monocular

Fase 2: Fijación Monocular en Campo Binocular

Fase 3: Etapa Biocular

Fase 4: Etapa Binocular

Donde en la fase más temprana se trabajará la acomodación, la motilidad ocular, el reconocimiento de formas y la discriminación de estímulos de forma monocular.

En fases intermedias, la fijación monocular en campo binocular y la terapia biocular y en las últimas fases, la integración binocular e intersensorial.

No obstante, antes de iniciarse la terapia visual, el especialista valorará la situación actual de cada uno, es decir, en qué condiciones se encuentra su sistema visual y determinará en qué punto del tratamiento empezar

Fase 1: Etapa Monocular

En la primera fase de terapia visual se realizan ejercicios monoculares, es decir, ejercicios con el ojo ambliope, para que este se iguale poco a poco a las habilidades del otro ojo. Con el fin posterior de fusionar las imágenes de los dos ojos.

Durante esta etapa se empiezan a trabajar la motilidad ocular (seguimientos, sacádicos y fijación) y la acomodación (amplitud y flexibilidad de enfoque), combinado con ejercicios de periferia y coordinación ojo-mano, se pretende poder mantener la fijación, mejorar la agudeza visual y el reconocimiento de formas.

Ya que estas habilidades generalmente en la ambliopía se ven reducidas. Además de poder combinarlo con técnicas pasivas, como la oclusión del ojo no ambliope o la penalización.

Motilidad monocular (motricidad gruesa):

La motilidad monocular se refiere a los ejercicios de motricidad gruesa de la fase 1 de la terapia visual, la fase monocular, los cuales trabajan la fijación, los movimientos sacádicos y los movimientos de seguimiento.

Coordinación ojo-mano:

La coordinación ojo-mano o coordinación óculo-motora, se refiere a la habilidad de integrar simultáneamente la información percibida por los ojos para guiar el movimiento de las manos.

Las fijaciones, los movimientos sacádicos y los movimientos de seguimientos están más afectados en el ojo ambliope y lo que se pretende con estos primeros ejercicios es: suavizar estos movimientos, hacerlos más suaves, más precisos y sin hacer movimientos de cabeza.

Fijaciones

Las fijaciones son el corto periodo en el que mantenemos la visión nítida y clara para poder extraer la información de lo que estamos observando.

Movimientos sacádicos

Los movimientos sacádicos son movimientos oculares rápidos que nos permiten llevar la visión de un elemento a otro rápidamente y dirigir la mirada hacia elementos en movimiento. 

Con los ejercicios de movimientos sacádicos se pretende trabajar los cambios de fijación entre dos elementos con el fin de lograr precisión, suavidad y un ritmo adecuado.

Movimientos de seguimiento

Los movimientos de seguimiento son movimientos oculares más lentos y nos permiten tener una visión continua y clara de los elementos que están en movimiento.

Para trabajar los movimientos de seguimiento se realizan ejercicios que tengan un estímulo de fijación en movimiento, donde los ojos han de seguir el estímulo, sin mover la cabeza. 

Como por ejemplo, ejercicios con la Pelota Marsden. Si quieres conocer más sobre esta curiosa pelota:

Tal y como se nos indica en el Manual de Terapia Visual de Vidal, Joaquín, las personas ambliopes “suelen tener deteriorada la motricidad gruesa, la oculomotricidad y además, a menudo, han realizado una serie de adaptaciones en su sistema visual que contribuyen a la pérdida de agudeza visual”. 

Por lo que en esta primera fase, se entrena el control de los movimientos oculares, ya que es posible tener:

. Pérdida de la fijación durante los movimientos de seguimiento y sacádicos.

. Giros o movimientos de cabeza.

. Coordinación mano-ojo insuficiente

Acomodación monocular:

La acomodación monocular se refiere a ejercicios que se trabajan durante la primera fase monocular de la terapia visual, cuyo objetivo es el enfoque monocular, empezando por la amplitud para después continuar con la flexibilidad, para poder desarrollar un control en la habilidad de acomodar.

Discriminación perceptiva y reconocimiento de la forma:

Se trata de ejercicios donde tenemos que distinguir el elemento de su fondo, se puede trabajar buscando elementos que se encuentran ocultos en parte o se encuentran en un lugar con muchos elementos distractores. 

Para ello, podemos utilizar libros como ‘¿Dónde está Wally?’ o sopas de letras, buscar las diferencias entre dos imágenes iguales, como algunos ejemplos de discriminación de la figura del fondo y juegos como Parquetry para el reconocimiento de la forma.

Si quieres algunas ideas de actividades y juegos que puedes realizar de forma monocular, puedes inspirarte aquí:

Fase 2: Fijación monocular en campo binocular (FMCB)

En esta segunda fase, es la fase de fijación monocular en campo binocular (FMCB), donde uno de los ojos ve los detalles y el otro ve el fondo del mismo espacio.

Se trata de una etapa de transición entre la fase monocular y la biocular, donde ambos ojos están abiertos, pero solo el ojo ambliope se estimula de forma central.

Se realizan ejercicios con filtro rojo, por ejemplo colocando un filtro rojo para ver la televisión y un filtro rojo en la gafa o un parche con filtro rojo. 

Además, también se pueden utilizar colores rojos (naranjas, rosas o amarillos) que queden bloqueados por el filtro rojo para escribir, pintar o dibujar. Para de esta manera, ejercitar el ojo ambliope mientras estamos utilizando los dos. 

Si tienes ganas de usar tu parche rojo, no dudes en probar estos laberintos con él:

También se utilizan gafas anaglifas, se trata de unas gafas (en muchas ocasiones, son gafas de cartón) con un filtro rojo para un ojo (normalmente el ojo amblíope) y un filtro de color verde (o azul), para el otro. 

Y es que con estas gafas se pretende tener consciencia de la percepción simultánea con los dos ojos, ya que cada ojo ve cosas distintas. Podemos darnos cuenta al tapar uno de los ojos y después el otro, para ser más conscientes de que lo que vemos con cada uno de ellos.

Fase 3: Etapa Biocular 

La fase 3 es la etapa de biocularidad, que es la habilidad de ver la información de los dos ojos, aunque las imágenes estén en lugares distintos.

Su objetivo es el de mejorar la habilidad de alternar el cambio de enfoque en una situación no fusionada

Es decir, en esta tercera fase de la terapia visual, cada ojo tiene su campo de visión, donde la imagen se compone de dos partes separadas que no tiene elementos en común y no hay fusión de las imágenes. 

Se trabaja especialmente la supresión (la supresión que ejerce el cerebro de la imagen del ojo ambliope, al elegir principalmente la imagen del ojo dominante). 

Y es que, en la tercera etapa, la fase biocular pretende combinar las funciones de percepción simultánea de los dos ojos para la posterior binocularidad y estereopsis. 

Se trata de una etapa de transición entre la fase monocular y la fase binocular, donde ambos ojos trabajan juntos pero separados. De esta forma cada uno recibe estímulos distintos.

Según Tello y Camero en su trabajo: Visión binocular: etapa monocular, etapa biocular y etapa binocular, tratamiento de cada etapa: “La estimulación simultánea de los dos canales ópticos activa los campos receptores corticales y asegura una formación permanente de imágenes en condiciones habituales para minimizar el riesgo de ambliopización”. 

Por tanto, en la fase biocular se pretente potenciar al ojo ambliope todo lo que sea posible con el fin de poder igualar sus habilidades al otro ojo. Para ello se realizan ejercicios en los que seamos conscientes de la fijación con los dos ojos y empezamos a tener cierto grado de estereopsis.

En la fase biocular, se añadirá un filtro verde en el otro ojo, además del filtro rojo en el ambliope, así como un filtro verde y otro rojo en la televisión o en la pantalla del ordenador, mientras estamos viendo alguna película o serie.

Existen también los filtros polarizados, que se utilizan de forma parecida a los anaglifos pero con gafas polarizadas y con tarjetas también polarizadas. 

En cuanto a la acomodación y la motilidad ocular, durante la fase biocular se realizan actividades similares a las de la fase monocular.

Fase 4: Etapa Binocular

La binocularidad es la habilidad que tiene el cerebro para fusionar la información que le viene de los dos ojos en una sola imagen

La etapa binocular es la fase de la visión 3D o estereopsis donde se trabaja la fusión cerebral para poder ver de forma tridimensional.

En esta última etapa, la fase 4 binocular se pretende integrar el ojo ambliope con el otro ojo, consiguiendo la binocularidad, la antisupresión y la fusión de las imágenes. 

Y encontramos tres grados en la visión binocular:

. Primer grado de la etapa binocular: visión simultánea

Percepción de la información por ambos ojos simultáneamente, el cerebro recibe las dos imágenes. 

. Segundo grado de la etapa binocular: fusión plana

El cerebro es capaz de unificar las dos imágenes en una sola. 

. Tercer grado de la etapa binocular: estereopsis

La imagen unificada ya no se ve plana, sino en relieve, tiene volumen, se percibe con efecto de profundidad o 3D. Efecto SILO (small in, large out), percepción de los objetos cercanos, más pequeños y los objetos lejanos, más grandes.

Un elemento muy conocido que se utiliza en esta etapa, es el Cordón de Brock para tratar la ambliopía y otras anomalías visuales, las cuales han de trabajar la antisupresión, como es el caso del estrabismo, entre otros.

El Cordón de Brock se utiliza para trabajar tanto la antisupresión como acabamos de indicar, así como para percibir la diplopía fisiológica, la convergencia, el punto próximo de convergencia (PPC), la motilidad ocular y mejorar la fijación, con el fin de poder integrar las habilidades trabajadas.

Gracias al hecho de ser capaces de ver dos cuerdas que se cruzan delante y detrás de las bolas del Cordón de Brock, nos hace ser conscientes de que estamos utilizando los dos ojos y estamos haciéndolo de forma correcta. Este hecho es lo que se conoce como antisupresión con diplopía fisiológica.

En esta etapa, se realizan ejercicios de acomodación en condiciones binoculares con el fin de integrar precisamente estas dos habilidades: acomodación y visión binocular. 

Para ello, se practican los mismos ejercicios que en la fase monocular, pero realizándolos de forma binocular (con ambos ojos).

Además, se realizan ejercicios con las tarjetas salvavidas y los círculos excéntricos para trabajar la acomodación, la fusión y las vergencias, tan importantes en la terapia visual para tratar la ambliopía.

En esta última fase, en la etapa binocular se trabajan las mismas habilidades que en las fases anteriores, pero esta vez con los dos ojos a la vez, además de incorporar el trabajo con las vergencias y la estereopsis

Primero de forma estática y suavemente, para luego finalizar con ejercicios de movimientos más bruscos o saltos, combinándolo con desplazamientos corporales y movimientos oculares. 

Al finalizar estas cuatro fases, que se les conoce como la fase intensiva, en las cuales se han trabajado las habilidades de: motilidad ocular, acomodación, binocularidad y antisupresión, le sigue una fase de mantenimiento, la cual es necesaria para la integración de todas estas habilidades aprendidas.

Fase de Mantenimiento

Se trata de sesiones más cortas y más espaciadas en el tiempo, es decir, no es preciso realizarlas a diario, sino un día a la semana, por ejemplo. 

Y se trabajará la integración de las habilidades aprendidas en las fases anteriores, motilidad ocular, acomodación y vergencias para poder realizarlas de forma automática.

El éxito de la terapia para que esta sea lo más efectiva posible, tal y como indica Bolo, Miriam dependerá de: la edad de la persona que realiza la terapia, así como la atención, la dinámica familiar, la autoestima y sobre todo, la motivación, además es importante valorar el pronóstico y la colaboración de la persona que va a realizar la terapia.

Por ello, es importante tratar cada caso como único y adaptar la terapia y cada una de las fases, a las necesidades de la persona. 

La terapia visual activa, como hemos indicado al inicio, no excluye otro tipo de tratamiento o técnica pasiva, como la compensación óptica, la penalización o la oclusión, y estos, se pueden combinar perfectamente.

Puesto que, su objetivo final es el de conseguir el resultado más eficaz y estable para tratar la ambliopía u ojo vago.

Recomendamos acudir a un especialista de la visión para que pueda hacer un diagnóstico de nuestro caso en particular o el de nuestros hijos y pueda indicarnos cuál / cuáles son la mejor opción de tratamiento en nuestro caso particular.