Elegir El Mejor Parche Para El Ojo De Mi Hijo

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Acabamos de salir de la primera consulta con el oftalmólogo y este acaba de diagnosticar a nuestro niño, ambliopía y nos ha indicado que ha de llevar un parche en el ojo. ¿Cómo podemos elegir el mejor parche para nuestro hijo?

De primeras, al pensar en un parche en el ojo, posiblemente recordaremos el típico parche pegado a la cara de color marrón que habríamos visto en nuestros años de colegio o que, incluso, que nosotros mismos habremos tenido que llevar.

Pero si hacemos una pequeña búsqueda por la red, encontraremos que hay realmente muchas alternativas interesantes a tener en consideración.

Antes de la elección del parche, lo más importante es hablar con nuestro pequeño para explicarle y hacerle entender la nueva situación.

Aceptar y entender la importancia del parche en el ojo

No siempre es sencillo aceptar esta realidad que se nos presenta de forma repentina a nuestra vida. 

Imaginemos por un instante que somos nosotros los protagonistas de esta historia:  hemos vivido todo este tiempo de nuestra corta vida, con un ojo dominante que suprimía la visión del otro, lo cual no teníamos la menor constancia y de un día para otro, nos obligan a tapar ese ojo que nos abría la puerta al mundo. Ahora, solo nos permitirán observarlo simplemente con la pequeña ventana abierta que nos ofrece la visión de nuestro ojo ambliope.

Para motivar a nuestro pequeño en este, posiblemente, largo camino de recuperación, es preciso hacerle entender cuál es la verdadera razón por la que tiene que llevar un parche y cuál es el objetivo de este. Siempre con un lenguaje y desde una perspectiva que él pueda entender y sea consciente de que el gran esfuerzo que realice hoy, tendrá grandes beneficios en el día de mañana.

Una de las bases para iniciar esta terapia es, la constancia, porque empezar, después de todo, es sencillo, lo difícil es continuar de la misma forma y con la misma intensidad. Y es que la oclusión puede, en algunos casos, durar años y eso, a veces, no es fácil de aceptar.

Por este motivo, es mejor ir paso a paso, ya que el desarrollo de la terapia depende de los resultados que se van obteniendo y es imposible hacer predicciones a largo plazo. Es preferible ir viviendo día tras día, con optimismo y positividad, sin olvidar la constancia y la prudencia.

También es importante tener en cuenta a las personas que forman el entorno del niño y sensibilizarlos con el tratamiento, informándoles de la terapia para que sean conscientes de la importancia de la misma y puedan ayudar a nuestro hijo en la medida que les sea posible y que de esta forma tenga una mejor aceptación social.

Todos podemos hacernos una idea, de lo difícil que puede ser la situación de la aceptación de llevar un ojo tapado por un parche en público.

Por otro lado, podemos convertir al parche, en un compañero divertido y amable, el cual nos puede acompañar en este recorrido que vamos a iniciar. Podemos decorarlo o podemos elegir el que más nos guste y nos haga sentir mejor.

Vamos a conocer algunos de los tipos de parches que podemos encontrar en el mercado y ver cuál es el que mejor puede adaptarse a nuestra situación.

Tipos de parches para tratar la ambliopía

Hay una variedad en cuanto a tipos de parches se refiere, hay algunos que se ajustan a la gafa y otros, por el contrario, a la cara. Su función es la misma, tapar el ojo dominante, para que el ojo vago pueda hacer el trabajo y proporcionarnos la visión.

Parche adhesivo

El parche adhesivo tiene pegamento en el borde y se adhiere completamente en torno al ojo, tiene una parte almohadillada en el centro, donde queda el ojo en reposo. 

Es muy eficaz si el tratamiento de oclusión obliga a llevar el ojo durante muchas horas tapado, ya que de esta forma no se mueve, lo que evita que la luz penetre en el ojo tapado. 

También si nuestro hijo es pequeño, evitaremos de esta forma que le sea complicado quitárselo por sí mismo.

Es posible personalizarlo, ya sea escogiendo un parche de color blanco y pintarlo y decorarlo a nuestro gusto o bien, eligiendo un parche con algún motivo o color que nos guste.

Desde nuestra experiencia personal, hemos probado los parches de la marca Opticlude 3M y los parches Ortopad. 

Prefiriendo la comodidad de los segundos a la hora de retirarlos. Hemos comprobado que para retirar los parches Opticlude, suelen quedar restos de pegamento en la cara, además de la dificultad de despegarlo y la irritación que eso le provoca (si quieres conocer algunos tips para que esto no te ocurra, te aconsejamos que leas el siguiente artículo). Además de los motivos impresos, nuestra hija prefiere los dibujos de los parches Ortopad. Pero eso ya es a gusto del pequeño consumidor… 

Los parches Ortopad tienen tres tamaños: junior, medium y regular:

Tamaño junior

67 x 50 mm

entre 0 y 2 años

Tamaño medium

76 x 54 mm

entre 2 y 4 años

Tamaño regular

85 x 59 mm

más de 4 años

Estos parches no contienen látex y cubren completamente el ojo, evitando la entrada de luz. Tienen dos cortecitos en la parte de la nariz para poder adaptarse mucho mejor a esta. Además, es posible poder personalizar hasta 100 parches eligiendo entre 30 diseños.

Parche de tela

Hay dos tipos de parches de tela, los que se adaptan sujetándolos alrededor de la cabeza (tipo pirata) y los que se adaptan a la gafa.

El lado bueno de este tipo de parches, es que son muy fáciles de poner y quitar, al no llevar pegamento, no irritan la piel y no quedan residuos de pegamento en la cara, además si se utilizan para realizar ejercicios visuales, es muy cómodo de ir poniéndose y quitándose según se precise.

Hay gran cantidad de variedad de diseños, telas y motivos distintos que nos pueden llamar la atención a la hora de elegir el parche.

El lado negativo de estos parches oculares, es que en muchos casos es difícil de cubrir completamente y a veces entra la luz, lo que permite que quede alguna ranura por la cual poder ver.

En el caso de los parches tipo pirata, en algunas ocasiones, puede ser molesta la cuerda que sujeta el parche y puede ser incómodo en la zona de la nariz o bien, en el párpado si esta está muy tensa.

La opción es amplia, hay muchos tipos de modelos que podemos encontrar en el mercado e incluso podemos atrevernos a realizar nosotros mismo un parche de tela, si somos mañosos con la aguja o la máquina de coser, hay cantidad de sitios web donde muestran y enseñan cómo hacer un parche ocular casero.

Parche de silicona

Hay un tercer tipo de parche que nos parece interesante mostrar y que posiblemente, más de uno todavía no haya oído hablar de él. Se trata de los parches de silicona y se compone de una concavidad ovalada de silicona que rodea el ojo y se adaptan con una ventosa en el cristal de la gafa.

Hay dos tamaños distintos: grande (50 mm) y pequeño (30 mm) en 3 colores distintos: negro, azul y color carne.

Esta es una alternativa muy eficaz a los parches adhesivos, ya que evitamos el tener que despegar de la cara, con los inconvenientes que ello acompaña en algunas ocasiones. 

Y además, al utilizar parches que no son desechables a cada uso, como es el caso de los parches de tela o de silicona, nos ahorramos dinero al poder reutilizarlos en innumerables ocasiones.

Cuál es el mejor parche ocular

El parche que mejor se adapte a nuestro hijo, siempre va a depender de la situación en la que nos encontremos en cada momento. 

Todo dependerá de la duración diaria del tratamiento y lo que realizará mientras lo lleva puesto. 

Si el niño ha de llevar el parche durante muchas horas y realizar distintos tipos de actividades o entrenamientos, posiblemente llevará más a gusto un parche adhesivo.

No obstante, si solo lo lleva puesto un par de horas mientras hace ejercicios activos en casa y ha de ir quitándose el parche, en ese caso será más cómodo utilizar un parche de tela adherido a la gafa o tipo pirata.

Hay profesionales que indicarán que es mejor el uso del parche adhesivo, ya que no permite la entrada de luz y no deja huecos libres, además de que al niño no le será fácil quitárselo él mismo. Otros, en cambio, indicarán que no importa el tipo de parche que se utilice, siempre y cuando sea eficaz para la oclusión del ojo.

Por lo tanto, la mejor opción sería decantarse por un parche que nos permita una buena oclusión y que además sea cómodo, adaptándose bien a nuestro ojo, a nuestra cara y a nuestro día a día. 

Y posteriormente, es recomendable mostrárselo a nuestro doctor para que él nos indique si es apto para el tratamiento de oclusión para tratar la ambliopía de nuestro pequeño.